En otoño hay un frutos que no encuentras el resto de temporadas del año, como otras épocas cada tiempo nos da sus frutos y el otoño no va a ser menos.
Castañas, un fruto redondito, dificultosa de pelar en crudo la piel y bastante dulces de sabor.
Con ellas este fin de semana hemos disfrutado de una merienda y una comida.
El sabado, festividad de Todos los Santos, nos preparamos una pequeña merienda familiar a base de castañas basicamente.
Para esta fiesta es costumbre en Catalunya, comer un dulce especial: los panellets, hechos a base de patata y, sobretodo, almendra picada como harina. Se pueden hacer de muchas cosas, de almendras, con membrillo, de cafe, de coco y, el más popular y más bueno de comer con diferencia, de piñones. Lo normal es que se hagan en casa, la tarde anterior, que coincide con fiestas de tanto arraigo como Halloween o Samhain, que parten del mismo tipo de celebración pero han acabado siendo bien diferentes, para comer por la noche. Esta redacción ha de confesar que de su petición de hacer los panellets en casa nunca más se supo así que la tarde-noche del viernes no se consumieron. Al dia siguiente comimos un puñadito de ellos comprados en el Area de Guisssona. Sinceramente si teneis que comprarlos acercaros a una buena pastelería, no tienen parangon y vale la pena pagar lo que te cobran, después de todo es una vez al año.
Nuestra merienda fue de castañas asadas con la típica sarten de saltear castañas -es una sarten con unos agujeros en el fondo que permiten que la llama toque directamente la castaña- para suplir la barbacoa o el hogar de fuego de mal tener en nuestras cocinas modernas. Debian ser muy buenas esas castañas asadas directamente al fuego... pero nos tenemos que adaptar a los tiempos en los que vivimos y si son lluviosos y te impiden encender la barbacoa, más. Se les hace un corte profundo en medio y se ponen al fuego en la sarten. Una vez estan ennegrecidas las envolvemos con papel de periodico para que guarden el calor y se hagan un poco más.
Para beber una garnatxa del L´Empordà, que es un vino dulce pero sin ser tan empalagoso como es el vino Moscatell. Lo hemos comprado esta mañana en nuestra habitual bodega, el Tastavins de Cardedeu.
Y el puñadito de panellets comprados. Eran aceptables los de piñones, que tocaron a uno y medio por cabeza ya que había 6 y eramos 4. Añadimos, por si alguien de nosotros renegaba de los panellets con exceso de azucar, un mini panettonne.
Como teniamos un buen montón de castañas aprovechamos y las asamos todas.
Las que sobraron pensamos en hacer una comida típica de este tiempo y que, con la lluvia y el fresquito ha sentado de maravilla.
CREMA DE CASTAÑAS
Un montoncito de castañas
Patata
Sal
Mantequilla
Nuestro montoncito de castañas ha sido el sobrante de la merendola del sabado, ya asadas, sino tendreis que escaldarlas que en crudo no hay quien las pele.
Una vez peladas las ponemos a hervir con patatas en agua con sal. En nuestro caso las patatas eran los trozos sobrantes de hacer cuadraditos de patatas para el acompañamiento del rabo de ayer.
Los haceis hervir hasta que esta todo blandito y luego pasais todo por el Minipimer para hacer una crema. Para darle cremosidad podriamos haber añadido algo de leche o crema de leche pero en nuestro caso como ya estaba bastante liquida hemos añadido un cuadradito de mantequilla al pasar por el Minipimer.
Ha sentado de maravilla comersela este mediodia mientras fuera llovía a càntaros.
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