viernes, 28 de noviembre de 2008

Cementerios

A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos alrededor, pensamos que solo hay sitios fantasmagóricos en los libros y que los cementerios son remansos de paz donde nuestros abuelos y los abuelos de los demás descansan en paz.

Y esto es asi en la mayoria de las ocasiones.

En nuestro caminar por esta vida hemos estado en muchos cementerios de los cuales guardamos sino grato si agradable recuerdo. Hablamos de lugares como el de Sant Gervasi, por encima de las Rondas, con sus mausoleos. O el de Montjuich con sus calles y sus imponentes figuras. O el de Les Corts donde descansan nuestros abuelos y aquellos que no siendo aun abuelos fueron en pos del descanso eterno. Los tres de la ciudad de Barcelona.


Y en nuestros paseos por muchos lugares tenemos en nuestra memoria cementerios que han dejado mella en nosotros. Recordamos el cementerio de Salzburg, con tumbas excavadas en la pared. También tenemos un bonito recuerdo del cementerio de Cotlliure con la tumba de Miguel Hernandez mirando al mar.

Todo muy tranquilo. Romantico acaso. Incluso, diria yo, digno de un soneto.

Pero ¿qué ocurre cuando en un frio y gris dia de lluvia te acercas o más bien te tropiezas con el viejo cementerio del pueblo que andas visitando?

Pues que la vision del lugar da yuyu y te vienen a la memoria cientos de imagenes a cual más atemorizante en las que los cementerios son cualquier cosa menos lugares de paz y descanso. Cthulu, sin ir más lejos, hay cementerios dignos de Cthulu. O a poco que nos esforzemos de un relato de Becquer.



Aun en esos cementerios donde el yuyu provoca un escalofrio en la espalda hay personas que siguen recordando a sus abuelos y que para la festividad de Todos los Santos acuden al camposanto a poner flores y limpiar las tumbas. Otros no son tan afortunados o quizás ya eran los últimos de una familia del pueblo y sus tumbas aparecen rotas y medio hundidas.



Desde aqui honramos a todos nuestros antepasados y ya que aún se entierran mayoritariamente honremos su memoria no dando sustos innecesarios al visitante incauto e inocente. Cuidemos de los cementerios y demos un buen recuerdo de una visita no siempre deseada.

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