Una vez instalados el jueves dia 6 se dedicaron las primeras jornadas al descanso, cuatro arreglos en el interior de la casa (un par de luces y un microondas ceñudo que se negaba a funcionar sin electricidad) y a oir truenos y lluvia por las noches. Bueno y a practicar el noble arte del cultivo de la amistad.
El viernes dia 7, decididos a poner en marcha el plan de salir cada día a hacer algún kilometro aunque no fuera de excursión, nuestros esforzados excursionistas se lanzaron por una pista bien empinada a buscar las fresitas, frambuesas y arandanos que dejaron atrás el 22 de julio. Fresitas ya no había y arandanos menos pero de frambuesas cogieron un buen puñado con la que hicieron, una vez en casa, un intento de jalea. Y decimos intento porque solo salieron un par de potes de una salsa liquida pero muy buena.
Uno de los potes, que no había quedado lleno del todo y no daba garantias de vacio, se utilizó el domingo para, combinada con nata liquida, preparar una salsa para unos trozos de ternera. Deliciosa. Esperamos repetirla y contarlo aqui.
Despues de estos primeros dias algo ociosos el lunes se calzaron las bambas de montaña y cargados con unos pedazos de pan y una secallona se decidieron a subir al lago de Urdiceto.
A este lago se puede llegar de dos maneras, en coche por el lado de Parzan o a pie desde la pista de Viadós.
En coche no es recomendable a menos que se disponga de un buen 4x4 ya que desconocemos el estado real de la pista pero no será muy bueno para utilitarios normales. O eso o se puede alquilar alguna plaza en el taxi de Plan que organiza excursiones y sabemos que una de ellas es subir a Urdiceto.
A pie la caminata son unas 3 hs 30 min de subida con vistas a parajes verdaderamente bonitos y siempre en la compañia a nuestra izquierda de Punta Suelza.
Ha de cogerse la pista de Viadós que sale de la primera curva después del pueblo de San Juan de Plan y seguir unos 30 min hasta un desvio donde una señal nos impide acceder con nuestro coche. La pista está en bastante buen estado aunque hay que ser avezado conductor por pistas. Cuidado porque los fines de semana depende de la cantidad de coches que hay arriba se cierra al trafico privado y hay que coger el taxi que sale de Plan que te sube por, aproximadamente, unos 10 Euros.
Frondosos bosques de alta montaña y barrancos que dan frescura al paisaje jalonan la excursión aunque el primer tramo de pista se hace largo y pesado (sobretodo a la vuelta). Y vale la pena visitarlo y darse un buen garbeo por alli y pensar en como quedaría de prosperar un plan para convertir aquello en una pista de ski de alta montaña.
Hay prados enteros de espinacas de montaña, buenas para comer aunque hay que hervirlas hasta 3 veces porque sino, decía un lugareño, tienen un sabor amargo. Una vez hervidas no pierden el verde intenso y saben buenas con aceite y sal, recuerdan en algo a las espinacas que solemos encontrar en nuestros comercios y mercados. En tiempos de guerra y posguerra los hombres que vigilaban las montañas se alimentaban de ellas a las que suponemos un aporte de nutrientes.
Mas arriba, una vez superada una buena subida por un combinado de pista, bosque y campos de rododendros, encontramos los prados de Sellares donde saludamos a un pastor y sus vacas. Sacamos la correa del perro y pasamos rapidamente para evitar molestar a las vacas o, más bien, evitar que las vacas se mosquearan con nosotros ya estaban muchas de ellas acompañadas de terneros jovenes. Da gusto ver que, pese a todo, el pastoreo de alta montaña sigue resistiendo.
La subida merece la pena y el lago es un lugar digno de mención donde poder remojar los agotados pies y que el perro pudiera nadar y nadar hasta la extenuación.
El sol nos hizo compañía durante nuestra estancia y pudimos dar cuenta de nuestras provisiones -a las que se habia unido un pote de una especie Bocadelia del Carrefour de Balaguer- tranquila y relajadamente.
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