lunes, 22 de diciembre de 2008
16 de DICIEMBRE de 1808
“Bueno, ya està” dijeron todos cuando la alcadesa acabó de decir su necesariamente breve discurso de presentación. En ese preciso momento se podía dar por terminado el trabajo de 2 años intensos prácticamente rodeados de figuritas, pinturas, pinceles, todo tipo de documentación y elementos necesarios para la recreación de una batalla. Y se acababa con una foto de grupo, con todos los participantes.
En los últimos meses el trabajo y la tensión, aderezado con el frio de la Textil Rase, ya estaba siendo agotador y las ganas de acabarlo todo y despedirse del general Saint-Cyr y sus muchachos superaban con creces el entusiasmo de los primeros días, alla por el año 2006 con unas figurillas de 15 mm.
Hablamos, por supuesto, de la realización de una maqueta recreación de la Batalla de Llinars-Cardedeu por obra y gracia del ímpetu de los miembros de la Asociación Cultural El Cardot. Actualmente està expuesta en el Museu Arxiu Tomas Balvey, justo al lado del edificio del ayuntamiento. Es una maqueta de 2x3 metros que recrea dos momentos de la batalla y todo el lugar donde se produjo siguiendo el relato del General Saint-Cyr que bajaba del sitio de Roses.
Se han recreado bosques, el Torrent del Fou, la Masia de Can Suari y la de Can Morató existentes en el lugar en aquella época. El domingo pudimos, gracias a la gentileza de Can Suari, visitar la masía y ver el campo de batalla in situ y solo con unos días de diferencia de la jornada del encontronazo entre españoles y franceses. Bueno, 5 días y 200 años. El paisaje, de bosques de encinas, robles y pinos y los chopos secos que bordean el torrente no debía ser muy diferente del de entonces, quizás faltaban las viñas pues la llegada de la filoxera acabó con buena parte de su cultivo en aquella zona. El día soleado nos permitía hacernos una idea de la impresión que debían causar en los tropas españolas apostadas en formación de línea la llegada por el camino, hoy carretera asfaltada, de las tropas francesas. Los franceses recibieron una orden básica, disparar lo mínimo posible y cruzar la línea enemiga sin apenas pararse.
No vamos aquí a hacer un relato de la batalla, para eso están los eruditos y los esforzados pintores y maquetistas que han consumido horas en la realización de tan magno proyecto.
Nuestra intención aquí es dar a conocer el esfuerzo que conlleva la creación de una maqueta de este tamaño que ha superado, con creces, las expectativas que todos, incluidos los participantes, tenían. El viernes, en la jornada de inauguración, las caras de asombro de los asistentes eran suficientemente elocuentes. La maqueta era el centro de atención de la exposición que había preparado el Museu con ocasión de tan remarcable cita histórica.
Hay que decir que ciertamente la maqueta, puesta en el centro de una sala solo para ella, es un monumento al esfuerzo de los que cada domingo se reunían en Vil.la Paquita para pintar las figuritas y de todos los que han participado en este proyecto. En los últimos meses no solo el domingo, pues hasta el último fin de semana se pintaron figurillas, sino dos y a veces 3 dias a la semana se quedaba, en el edificio de la antigua Textil Rase donde estaba ubicado el centro de operaciones, para recrear el lugar. Tardes y tardes viendo caer la luz, iluminados por potentes focos, tirando tierra recogida del campo de batalla, haciendo árboles, viñas, el torrente, el camino, las casitas. Aún podemos recordar el veraniego dia que se cortaron las planchas de porexpan, con recortes del mapa topográfico, para hacer los desniveles del terreno. Los días de lluvia la música del pequeño aparato de radio se mezclaba con el sonido del agua que entraba por las goteras de la fabrica abandonada y con el temor de los maquetistas que la humedad llegara hasta su rincón. Los primeros frios y las primeras heladas y noticias de una España blanca de nieve cogió ya el proyecto bien avanzado en el momento de la situación de las figuritas en su lugar definitivo.
Hoy que todos hemos visto la maqueta en la ubicación del Museu, que hemos visto como los compañeros del grupo Alpha Ares hacían una recreación de la batalla y que hemos podido vernos en el lugar mismo de la lucha podemos decir que nos sentimos orgullosos del trabajo que se ha hecho y, por nuestra parte, de haber participado en este proyecto.
Es por eso que este relato acaba aquí y serán las fotografías, que en los próximos días os iremos ofreciendo en este lugar, las que hablen por si mismas
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