Como decía ayer, el sábado es el día de la cocina y nuestros esforzados cocineros este fin de semana nos obsequiaron con una receta sorprendentemente deliciosa, Gallina con higos. “Gallina amb figues” en la receta original extraída de un libro de cocina que nos regalaron hace ya algún tiempo, por Navidad.
Ingredientes:
Un gallina bien hermosota, ellos decidieron cocinarla pelada, deshuesada y partida en trozos de bocado.
Unos 8 higos maduritos, de los que por aquí llaman de Coll de Dama, bien morados.
Una cebolla, aunque al final usamos chalota, 3 en concreto.
Una cabeza de ajos entera.
En vez de ponerle grasa de cerdo le pusieron una pizca de bacon sin ahumar.
Una hoja de laurel
Un vaso de vino seco
De cosecha propia se añadieron unas setas de temporada, recogidas el día anterior en la zona de Riells. Unos Abrons de roure cuyo nombre científico es Leccinium Quercinum. De estas setas hay que decir que no son de esas que se comen salteadas en la sartén con algo de ajo y perejil. No, hay que cocinarlas bien, de ahí la idea de echarlas al guiso de gallina. Eso si, hay que tener la prevención de cortarlas justo en el momento de añadirlas ya que se oxidan rápidamente y se ponen negruzcas y poco apetecibles.
La receta dice que se puede hacer fuera de temporada con higos secos que hay que poner previamente en remojo para que se pongan blanditos. También se pueden añadir orejones y/o pasas.
La gallina se pone a dorar para que coja un colorcillo majo. Se reserva a parte, y en la misma cazuela, se echa la cebolla en juliana, el bacon a trozos y la cabeza de ajos. Se remueve bien y se deja dorar. Luego añadimos el vino, en nuestro caso como no había por la casa echamos medio vasito de ron. Dejamos que reduzca un poco y añadimos la gallina que teníamos reservada y caldo de pollo. En nuestro caso pusimos un poco de caldo de verduras que había quedado en la nevera y agua. Y lo dejamos al fuego 1 horita.
Como la gallina tarda más en cocer que el pollo, Judith se dedicó a ayudar en el tuneo del armarito del lavabo comprado en Ikea.
Al cabo de esa horita volvió a la cocina y Ricard cortó las setas que se añadieron rápidamente al guiso. 15 minutillos más tarde cortaron los higos en gajos y se saltearon ligeramente sazonados con sal de hierbas y se añadieron al guiso que ya aromatizaba toda la casa. Se dejó hacer chup chup unos 15 minutos más y luego en reposo casi media horita.
A la hora de emplatar se hizo el plato de muestra y un pequeño “tastet” que hizo las delicias de toda la familia, hasta el perro se acercó a olisquear.
Ciertamente un buen plato, de los que se llaman de cuchara, que se acompañó con arroz blanco hervido con agua y un par de cucharones del liquido de la gallina.
Esta redacción admite sugerencias para próximos fines de semana y fiestas de guardar.
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