miércoles, 29 de octubre de 2008

Lepista Nuda



En nuestro afan por conocer las setas que hay por nuestros montes, hace un par de semana nuestros vecinos nos preguntaron si conociamos esta seta.



Es una historia tipica de boletaries, ellos, dos, iban con su cestita por el monte y vieron unas setas lilosas y como a curiosidad por las cosas de monte solo les ganamos nosotros, las cogieron. Y hete aqui que otros boletaries caminaban por la zona y viendo lo que cogian les dijeron que eran buenas para comer. Asi que en la siguiente parada de setas lilosas cogieron un puñadito. Pero como a la par que curiosos son prudentes nos llamaron y nos las enseñaron por si eran, como decian aquellos muchachos del monte, buenas para comer.


Asi que consultamos nuestros libros, nuestras webs y nuestra valentía y, viendo que eran no solo comestibles sino buenas de sabor según todas las fuentes consultadas, procedimos a su prueba.


Animados por la experiencia con los "abrons" añadidos a la gallina del dia anterior, cocinamos una con un poco de la salsa del guiso de gallina. Son buenas, mejores que los "abrons". Son de esas setas que hay que guisar, que no vale saltearlas con ajo y perejil, y que hay que echar rapidamente a la cazuela ya que toman un color negruczo al oxidarse aunque como ya son lilosas de fabrica se nota menos.


Y aun estamos vivos asi que buenas eran, aunque, por prudencia, solo comimos una y las otras las tiramos por el jardin, a ver si para el proximo otoño no hay que ir por ahi a buscarlas y nos crecen en casa.






miércoles, 15 de octubre de 2008

Gallina con higos : la receta

Como decía ayer, el sábado es el día de la cocina y nuestros esforzados cocineros este fin de semana nos obsequiaron con una receta sorprendentemente deliciosa, Gallina con higos. “Gallina amb figues” en la receta original extraída de un libro de cocina que nos regalaron hace ya algún tiempo, por Navidad.

Ingredientes:

Un gallina bien hermosota, ellos decidieron cocinarla pelada, deshuesada y partida en trozos de bocado.
Unos 8 higos maduritos, de los que por aquí llaman de Coll de Dama, bien morados.
Una cebolla, aunque al final usamos chalota, 3 en concreto.
Una cabeza de ajos entera.
En vez de ponerle grasa de cerdo le pusieron una pizca de bacon sin ahumar.
Una hoja de laurel
Un vaso de vino seco

De cosecha propia se añadieron unas setas de temporada, recogidas el día anterior en la zona de Riells. Unos Abrons de roure cuyo nombre científico es Leccinium Quercinum. De estas setas hay que decir que no son de esas que se comen salteadas en la sartén con algo de ajo y perejil. No, hay que cocinarlas bien, de ahí la idea de echarlas al guiso de gallina. Eso si, hay que tener la prevención de cortarlas justo en el momento de añadirlas ya que se oxidan rápidamente y se ponen negruzcas y poco apetecibles.

La receta dice que se puede hacer fuera de temporada con higos secos que hay que poner previamente en remojo para que se pongan blanditos. También se pueden añadir orejones y/o pasas.

La gallina se pone a dorar para que coja un colorcillo majo. Se reserva a parte, y en la misma cazuela, se echa la cebolla en juliana, el bacon a trozos y la cabeza de ajos. Se remueve bien y se deja dorar. Luego añadimos el vino, en nuestro caso como no había por la casa echamos medio vasito de ron. Dejamos que reduzca un poco y añadimos la gallina que teníamos reservada y caldo de pollo. En nuestro caso pusimos un poco de caldo de verduras que había quedado en la nevera y agua. Y lo dejamos al fuego 1 horita.

Como la gallina tarda más en cocer que el pollo, Judith se dedicó a ayudar en el tuneo del armarito del lavabo comprado en Ikea.

Al cabo de esa horita volvió a la cocina y Ricard cortó las setas que se añadieron rápidamente al guiso. 15 minutillos más tarde cortaron los higos en gajos y se saltearon ligeramente sazonados con sal de hierbas y se añadieron al guiso que ya aromatizaba toda la casa. Se dejó hacer chup chup unos 15 minutos más y luego en reposo casi media horita.

A la hora de emplatar se hizo el plato de muestra y un pequeño “tastet” que hizo las delicias de toda la familia, hasta el perro se acercó a olisquear.

Ciertamente un buen plato, de los que se llaman de cuchara, que se acompañó con arroz blanco hervido con agua y un par de cucharones del liquido de la gallina.

Esta redacción admite sugerencias para próximos fines de semana y fiestas de guardar.

martes, 14 de octubre de 2008

Gallina con higos : fotos

De momento os cuelgo las fotillos, el plato es Gallina con higos.

Antes




Despues






viernes, 10 de octubre de 2008

Historia de un dragon

Este blog va a ser una especie de saco donde se podran encontrar relatos de excursiones, algo de cocina, algun que otro poema o cuento, fotillos de vez en cuando... en fin de todo un poco.

De momento, hoy vamos a explicar la historia del pequeño dragoncillo que da titulo a este lugar:

"Había una vez un pequeño, diminuto dragón que vivía en la cocina de una anciana...

Al pequeño, diminuto dragón le encanta el azucar, la miel, las mermeladas, las jaleasy todos esos manjares dulces y agradables que hay en una cocina. Y la anciana dueña de esa cocina gusta de preparar y almacenar en la alacena tarros y frascos repletos de esas exquisitas tentaciones.

Allí se instaló el pequeño dragón entre los frascos de la alacena y durante las noches, cuando la luz se apaga, sale de su escondite y rebusca entre los potes. Seguro que había algo que se había caido o deslizado fuera, hoy unas gotas de miel, mañana un poco de mermelada...

Por la mañana, cuando el sol derrama su anaranjada luz en los cristales de la cocina, el dragón se esconde rapidamente. Tras de si, queda un rastro de unas patitas en el azucar que siempre cae del azucarero cuando rebusca una última pizquita de dulce de la noche."