De nuevo de excursión y esta vez a una cima algo más alejada del jardín de casa. En la sana intención del Cecd10 de coronar todas las cimas comarcales de Catalunya este fin de semana se ha decidido subir al Puigsou, también conocido como El Rocacorba.
En esta ocasión tocó madrugar, se había quedado a las 7:30, horario en que las calles aun están recién puestas, en la Plaza Sant Corneli de Cardedeu. Ya habían llegado los primeros expedicionarios cuando nosotros aparcamos el coche decididos a comprar un par de barras de pan y algo para almorzar. Es que salir a caminar con solo una pastillita de vitaminas efervescentes en el estomago no es buen plan.
Todas las excursiones del Cecd10 tienen sus incidencias, ese dia empezaron pronto y es que fuimos bien por la Autopista AP-7 hasta la salida de Banyoles, pero una vez fuera y encaminados por la C-66 ... el grupo se dividió a la búsqueda de la GI-524. Y así empezó la aventura del dia. Visitando pueblos, viendo gente madrugadora con el pan, casas bonitas, casi el interior de una sacristia... volviendonos a reencontrar, separandonos de nuevo... ay si los coches hablaran!
Al fin nos encontramos en Pujarnol, en el parking de una imponente masia – restaurante con pinta de dar bien de comer, de esos sitios en los que pides una ensaladita y te traen toda una lechuga bien grande y a sus acompañantes en forma de zanahorias, cebolla, tomates, aceitunas... en una fuente bien grande y rebosante. Enfrente nuestro, una hermosa carretera asfaltada y es que, según algunos, hoy dia te asfaltan las pistas sin avisar, porque según la guía aquello era una “comoda” pista. Todos sabemos lo “comodas” que son las “pistas” asfaltadas. Se oyeron propuestas de ir a buscar los coches, de que Aina, la socia mas pequeña y no solo de tamaño sino también de edad del club, podría haber ido en su cochecito, de que podríamos haber ido en tejanos y zapatos ... hasta que salieron unos excursionistas de un lado de la carretera. Si, había un camino! Y por ahí que nos fuimos. Y vaya camino: amplio, boscoso, agradable ... y algo empinado en algún punto; tanto que algún alma caritativa con los excursionistas de bajo nivel había decidido poner unos escaloncitos de madera estratégicamente situados para ayudar a la ascensión.
Una vez arriba la disyuntiva: se ven unas hermosas y grandotas antenas ... subimos? No ha lugar la discusión: si se hacen las cimas comarcales se hacen no se acercan. Esta vez también había cartel y no quedaba duda alguna de haber llegado. También pudimos ver una vista magnifica tanto de la comarca como del lago de Banyoles allí a lo lejos como de los Pirineos bien cargados de nieve, el Cadi blanco como casi nadie allí lo recordaba haber visto.
Luego correr abajo para llegar a casa para la comida.
Nosotros decidimos dar un rodeo de camino a casa, rodeo que nos llevó por el Santuari de la Mare de Deu de la Salut, el Santuari del Far y a una cervecilla en el Avet Blau de Santa Fe por donde encaramos el tramo final de vuelta a casa.