lunes, 12 de abril de 2010

Guiso de la abuela



Aunque lo parezca no hemos abandonado la cocina, aunque no les hacemos todas las fotos que deberiamos, y, la verdad, hablar de una receta sin ver alguna foto pues no queda muy bien.
 
Hoy os presentamos un guiso de carne, o mejor dicho, una carne guisada que hacia mi abuela paterna hace muchos años. A mi, personalmente, era de lo que mas me gustaba de su arte culinario. Bueno, y los garbanzos.
 
Necesitaremos:
 
Una pieza de carne de cerdo bien magra
Cebollas a mogollon
Caldo de carne
 
Yo además puse:
  
Zanahorias
Puerros
Boniato
 
Para dorar la carne primero la salpimenté y la pasé por harina integral para que hiciera un poco de crosta. Luego la puse en una sarten grande con aceite caliente y la dejé hasta que quedó bien dorada, con una bonita crosta.
 
Reservar la carne y en el mismo aceite dorar cebolla en juliana, los puerros cortados en rodajas bien finas igual que las zanahorias y el boniato. Dorar bien. Hay que recordar que estas son unas verduras dulces y que habría que salarlas. Ya que estaba les añadí pimienta y algo de romero molido.
 
Una vez doradas las verduras las ponemos en una bandeja para horno. Encima ponemos la carne a la que le habremos hecho algún corte para que se cueza bien. Lo regaremos todo con caldo abudante y lo pondremos al horno precalentado a unos 180 º
 
Durante una hora tuve cociendo la carne a esa temperatura. La abuela lo hacía en la olla, como antiguamente, y tenia la carne durante horas hasta que quedaba tan melosa que se deshacía con solo pincharle el tenedor. Los recuerdos asociados a esa carne son magnificos y era lo que buscaba al hacerla yo.
 
Creo que lo conseguí. El truco está en no tener prisa y en ir regulando la temperatura para que no se queme pero quede bien dorado. E ir regando continuamente por supuesto.
 
Al final de la cocción separamos la carne de la salsa y como las verduras estaban practicamente deshechas las pasamos por la minipimer e hicimos una salsa bien suave.
 
El resultado fue espectacular, pero como no estaba el probador oficial de la casa habreis de contentaros con nuestra opinión, no quedaron ni las migajas.
 

De Sant Feliu del Raco a Montserrat o como hacer penitencia tontamente



Hay excursiones que cuando llegas al final te preguntas que demonios te llevó a plantearte el hacerla. Esta es una de ellas. Probablemente el planteamiento partía de la base de demostrar lo que quien esto escribe es capaz de hacer. Y bueno, llegué arriba, pero no diré que fue fácil. Porque no lo fue.
 


Pero empecemos por el principio.
 
En el ya conocido y famoso club Cecd10 se ha planeado un objetivo ambicioso, 70 kms de Cardedeu a Montserrat de una tirada, en concreto el dia 31 de Abril y  1 de Mayo. Pero antes de acometer semejante reto se propusieron dos salidas de 35 kms para probar las fuerzas del que quisiera participar y decidir si ese “quisiera” se convertía en una realidad o se quedaba solo en un deseo.

En la primera salida, de Cardedeu a Sant Feliu del Raco, nosotros no participamos ya que nos planteamos una salida más agradable de Vallgorguina a Sant Esteve del Coll (crónica que se puede leer en catalán en www.cecd10.blogspot.com prometemos traducirla proximamente) y porque era en sábado. Los sabados en casa toca jardinería y más después de la nevada del 8 de Marzo que nos llenó el jardín de ramas rotas y caidas.

La segunda, de Sant Feliu del Raco a Montserrat, ayer. Más dura que la primera pues, pese a ser 35 kms igual, tiene el valor añadido de la subida al monasterio.
 De Cardedeu a Sant Feliu del Raco fuimos en autocar, en total eramos 18 valientes a las 6 hs de la mañana reunidos delante del Casal de la Gent Gran, enfrente de la estación de Renfe.  A las 7 hs empezamos nuestra caminata. Alegres y contentos y con un gran desafio por delante.

- Hostia y ya empezamos subiendo
- Pues de momento bien que luego las escaleras están un poco en mal estado
- Puf, ya no hace tanta rasca
- Eso es por la subidita
- Me sobra la chaqueta
- Ahora no te la quites que estas sudando y cogerás frio

Dejamos atrás nuestra primera población y admiramos las casas de la urbanización que nos ofrece el primer tramo de asfalto.

- Mira esa, lila
- Pues no es fea
- Si ya, pero imagina el vecino de enfrente cada mañana ese color al salir de tu casa
- Pero estas casas de madera piden mucha dedicación y cuidados

Dejamos la Mola atrás y seguimos caminando por una pista y varios caminos y senderos agradables mientras el sol empieza a calentar el terreno.

El parque de  la Serra de l´Obac nos ofrece sus encantos y después de una buena subida decidimos almorzar. Nos sentamos a ambos lados del camino y nos comemos bocadillos, galletas algo difíciles de tragar, estupendas naranjas... bueno entre todos, claro. Mientras algunos daban la bienvenida a la primavera dejando en la mochila los pantalones largos y poniéndose los cortos para lucir piernas y sentir el sol en la piel empezamos a ver los que serian nuestros compañeros de excursión. Camisetas amarillas fosforito donde se puede leer : XXIII Caminada de Ripollet a Montserrat.  300 personas, nos dirían después en los controles, para cubrir 48 kms de marcha. 

 Seguimos nuestra andadura y vamos cubriendo kms entre asfalto de urbanizaciones, bosques, piedras molestas, pinos entrometidos y alguna que otra rama mal puesta en medio del camino.

- Y mira que la gente tiene aficiones raras, ir dejando ramas en el camino

 PATAPOF

- Hostia ,que no la has visto?
- Yo pensaba que si, como ibas tan decidida
- Es que con la visera de la gorra y las gafas de sol se ve menos
- Eso es de mirar al suelo todo el rato
- Es que los de Ripollet no han marcado esta rama como venían haciendo hasta ahora
- Pero te encuentras bien? Ves bien? Te mareas?

La que esto escribe se estampó de tal manera contra una rama que había en medio del camino, justo a la altura de los ojos, que cayó de espaldas al suelo para consternación de todos los del grupo que íbamos juntos en ese tramo.

Pero la excursión seguía y aun faltaban muchos kms para llegar a Monistrol. La montaña de Montserrat se veía cada vez más cercana y los ànimos seguían altos. De hecho estabamos pulverizando las previsiones de tiempo para realizar el recorrido

En Vacarisses rellenamos botellas de agua  y ya estábamos bastante hartos de sol y asfalto, la temperatura subía de forma implacable y los kms recorridos empezaban a notarse en las plantas de algunos pies y en gemelos y rodillas de algunos de los caminantes.  Aunque la fuente tenía una placa en la que ponía que había ½ legua hasta Monistrol  y  1 y ½ legua hasta Montserrat sabíamos que nos quedaban unos  10 kms o más. Después de recuperar a dos de los nuestros que se habían quedado algo rezagados, cosa del alto ritmo de marcha que se estaba imponiendo desde el principio de la excursión, nos pusimos de nuevo en camino.

Llegando a Monistrol hubo la típica discusión sobre la hora de la comida, eran las 13:30 y nos faltaba la peor parte, la gran subida al monasterio.

- Pues comemos ahora
- Yo con la barriga llena no subo
- Total,  si no llevas comida
- Con este calor...
- Es que yo pensaba que no iríamos tan rápido y que al llegar aquí ya habriamos comido en Vacarisses

La subida fue de lo más duro que la que escribe esto ha hecho hasta ahora, no por la subida en si, que no tiene ni dificultad ni excesivo desnivel. Además, como dice alguien: es una subida noble, de las que no te engañan, empiezas a subir y no te miente ofreciendote  rellanos ni pequeñas bajadas, siempre sube,  sin tregua.  Sino por llevar 30 kms a la espalda, o mejor dicho, a los pies, y por el calor. El primer tramo a pleno sol fue matador, los cinco que quedamos últimos, el resto por lo visto tenía prisa por ver el aspecto del monasterio en domingo, subimos lentamente, casi diría penosamente, en algún caso. Acompañados toda la subida por caminantes de la marcha de Ripollet fuimos avanzando y gracias a unas pastillas de glucosa conseguimos llegar arriba. 

Penitencia realizada, ahora solo falta saber que le pedimos a la Moreneta a cambio del esfuerzo, aunque alguien me ha dicho que la cosa no va exactamente asi...

 Hay que agradecer la infinita paciencia de Buho Gris que no nos dejó a los rezagados ni un solo momento y que nos animó con sonrisas y palabras alentadoras durante toda la subida. Y al chico de las pastillas de glucosa un abrazo desde aquí si algún día leyera esta crónica, se nos olvidó presentarnos.
 
 Seguramente (nunca digas nunca jamas ... no sea que la cagues) no repetiremos la experiencia aunque Buho Gris esta dispuesto a acometer la caminata entera, de Cardedeu a Montserrat. Sin tener que estar pendiente de los lentos del grupo seguro que hará el mejor de los tiempos. El año que viene nos plantearemos hacerla entera, de bajada, de Monserrat a Cardedeu aunque tantos tramos con asfalto echan un poco para atrás.